Fiat no pudo vender su modelo "Uno" en Finlandia porque en aquel país "uno" significa "idiota". El Regatta no funcionó en Suecia porque su nombre significa "esposa infiel" en el país escandinavo. Mitsubishi ya había estampado el nombre en las carrocerías de su nuevo modelo y había lanzado una enorme campaña publicitaria cuando fue avisado del posible desastre debido a la denominación escogida: "Pajero". Fueron tantos los inconvenientes con los nombres que este año la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles creó una oficina de control para la denominación de los nuevos modelos. La comisión está integrada por lingüistas, historiadores, artistas y escritores. Vía La Nación.