Christie's esperaba venderlo en 12 millones de dólares, pero no pudo ser. El auto en cuestión es uno de los pocos que quedan de ese modelo, pero no es (como se pensaba en un principio) el ganador del Grand Prix de Francia; eso se supo poco antes de la subasta, y la hizo fracasar. De cualquier manera, a este ancestro de los Audi actuales no le falta historia: fabricado en 1939, durante la Segunda Guerra estuvo escondido junto a otros 17 autos en una mina; lo encontraron las tropas rusas, lo llevaron a Rusia y lo desarmaron para estudiar su tecnología y al fin apareció en Ucrania en los años ochenta en buen estado de conservación, pero completamente desarmado. Christie's anunció que en un tiempo más volverá a subastarlo. Vía Autoblog en Español.